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La legislación como progaganda (Aurelio Desdentado Bonete, Diario La Ley, Nº 7090, 2009)

Al examinar, la Ley 20/2007, que aprueba el Estatuto del Trabajador Autónomo, el autor constata que algunas de sus normas responden a la nueva desviación que se produce cuando las leyes se utilizan como propaganda. De su artículo extractamos los siguientes párrafos:

Es ya un tópico afirmar que vivimos en plena crisis de la ley; una crisis que se manifiesta de muchas formas. En primer lugar, en el espectacular crecimiento de las disposiciones, que nos aplasta con una sucesión interminable de normas, que crea una sensación de improvisación y provisionalidad muy propia de las nuevas técnicas de legislación coyuntural. La ley se nos presenta así como un producto en gran medida efímero. Pero no se trata sólo de un desorden producido por el crecimiento cuantitativo de las normas. Se ha dicho también que estamos ante un Derecho que se está volviendo más «dúctil», más «manipulable», y en el que el ideal de justicia se separa de la ley, que tiende a convertirse en un mero instrumento de gestión. Esto puede ser más grave que el simple deterioro técnico de la ley.

Recientemente está apareciendo otro fenómeno: el de la legislación simbólica o retórica. Se trata -ha dicho Alejandro Nieto- de la práctica cada vez más extendida de aprobar determinadas leyes para dar la sensación de que se está haciendo algo importante en relación con determinadas cuestiones de actualidad, cuando en realidad no se hace nada efectivo o se hace muy poco. La legislación aparece así como una forma de propaganda, mediante leyes vacías de contenido propiamente normativo, pero superpobladas de declaraciones de principios, de programas de acción, de buenos propósitos o de píos deseos. Algunas leyes, más o menos recientes, se inscriben en esta tendencia. Aparecen y brillan de pronto como un fuego fatuo; cumplen su función simbólico-propagandística en una determinada coyuntura y luego se desvanecen, dejando una estela de inconsistencia y de inanidad.

¿Qué sentido tienen todos estos malabarismos? Pues, aunque pueda parecer lo contrario, tienen un sentido muy preciso que se explica en términos simbólicos. La ley surge con un título flamante y crea la ilusión de que se ha dado un enorme paso adelante en cuestiones que preocupan a la opinión pública. Puede que sea así o puede que no. Dependerá del porcentaje de normas ficticias en el texto total. Pero esta cuenta sólo la hacen quienes han leído y estudiado la norma, es decir, una minoría muy minoritaria. Para el resto es el efecto mediático el que cuenta. Y de esta forma el juego ilusionista puede cumplir su función con independencia del contenido normativo real. Si es así, la ley se habrá convertido en propaganda.

Las tauromaquias como paradigma (Tomas-Ramón Fernández, El Mundo, 9 de marzo de 2009)

Las tauromaquias como paradigma (Tomas-Ramón Fernández, El Mundo, 9 de marzo de 2009)

El Sr. Chaves, presidente de la Junta de Andalucía, acaba de descubrir, con la inestimable ayuda de la ingrata experiencia sufrida por el ya ex ministro de Justicia Sr. Fernández Bermejo, y no ha tenido reparo en proclamar, lo que sin duda le honra porque no era fácil hacerlo desde su posición institucional, que es un auténtico disparate exigir a los aficionados a la caza que se provean por anticipado de 17 licencias, una por Comunidad Autónoma, si no quieren verse un día frente al dilema de tener que elegir entre rechazar una eventual invitación para disfrutar del hecho cinegético fuera del lugar de su residencia habitual o arrostrar el riesgo de ser sancionado y públicamente vilipendiado por cazar en el territorio de una Autonomía ajena sin la preceptiva licencia de ésta...

No se trata sólo de la licencia de caza del Sr. Fernández Bermejo. Son muchas cosas más. Lo fue hace unos años y lo sigue siendo el urbanismo, que en esta fase de autonomías a ultranza ha dado frutos tan poco ejemplares como el de Seseña. Y el escándalo de la insolidaria disputa por el agua, que no se permite que vaya a quien la necesita, aunque termine perdiéndose en el mar la que sobra. Y la violencia egoísta de la imposición en las escuelas contra viento y marea de las lenguas co-oficiales. Todo siempre en beneficio de los que mandan y de sus amigos, nunca en el del conjunto de la sociedad...
Las tauroautonomías a las que acabo de referirme son ejemplo, compendio y espejo de este desmadre general en el que ha venido a parar lo que con tanta ilusión se inició 30 años atrás...

El voto a ciegas (M. Martín Ferrand, ABC, Opinión, 28 de marzo de 2009)

En relación con el carácter secreto de una votación del Congreso de los Diputados, donde se da el visto bueno a la compatibilidad de determinadas actividades de los diputados con el cargo representativo que ostentan, M Martín Ferrand critica la opacidad y la confirmación de “privilegios” de algunos votantes. Destacamos en extracto su opinión:

En una partitocracia como la nuestra, cuando el sistema electoral niega la esencia representativa y el Congreso es una mera escenificación litúrgica, el empleo de diputado es algo simbólico y decorativo… pero, dado que todos, los centrípetos y los centrífugos, se sienten satisfechos con la situación y no se vislumbra posibilidad alguna de revisión constitucional, implántese el disimulo para que el decaído entusiasmo de los contribuyentes no se hunda del todo.
Estoy pensando en el cínico desparpajo de los padres de la Patria, de los 246 diputados que votaron a favor del dictamen de la Comisión del Estado del Diputado. Sólo los portavoces de cada grupo, según costumbre establecida y unánimemente consensuada, conocían el texto que el presidente del Congreso, José Bono, sometía a la consideración de sus señorías. Los demás votaron a ciegas y, al hacerlo, consagraron el derecho de los diputados a compatibilizar su trabajo supuestamente representativo con otros de naturaleza particular y, se supone, lucrativa… pero una sesión parlamentaria con 336 asistentes y el acuerdo previo de que nadie haga uso de la palabra, en la que se vota algo que la mayoría desconoce y que, en cualquier caso, establece el privilegio de algunos de los votantes es, en el mejor de los casos, un cachondeo.

Los sometidos a los partidos políticos (José García Román, en Ideal, 26 de abril de 2009)

No es la primera vez que el autor denuncia el excesivo poder de quienes detentan el control de los partidos políticos y el encadenamiento de las urnas a normas que no satisfacen al electorado. El autor señala que se ha roto la conexión con una sociedad que exige solidaridad, comprensión, independencia, autocrítica, sin represalias ni vetos que denuncian incapacidad ética y moral para ocupar puestos que corresponde a quienes poseen el carisma de servidores y administradores de lo público…

Una política económica pactada (Manuel Lagares, en El Mundo, 10 de marzo de 2009)

Considera Manuel Lagares que se están tomando medidas inconexas e incluso contradictorias, con un aumento del déficit público que, en cuanto esté motivado por ayudas o inversiones desatinadas, será un obstáculo para superar la crisis. Según el autor ha llegado la hora de tomar medidas que requieren de valentía política y de un pacto entre el Ejecutivo y la oposición, como sucedió con los famosos Pactos de la Moncloa. Transcribimos parte de su artículo:

En cuanto a las prioridades, no cabe ya duda de que mientras no se normalice y limpie el sistema bancario de activos tóxicos o de valores depreciados, poco podrá esperarse respecto a la financiación de la economía real.

A las empresas habría que ayudarlas con una reducción de sus costes y algún impulso a sus inversiones y exportaciones. Para eso nada como bajar drásticamente el impuesto sobre sociedades, reduciendo su tipo o eximiendo total o parcialmente de este tributo a los dividendos distribuidos, y cambiar cotizaciones sociales por impuesto sobre el valor añadido, del que las exportaciones están exentas. Un fuerte crédito fiscal a las inversiones empresariales en activos reales, en vigor sólo por plazo limitado, podría coadyuvar con fuerza al aumento de las inversiones al reducir el coste de los bienes de capital con cargo a la factura impositiva…

Pero, además, tendrían que liberalizarse todos los mercados, incluido el laboral, e integrar de nuevo nuestro fragmentado mercado interior. Hay mucha tarea pendiente en estos ámbitos y para eso no se necesitan apenas gastos pero si grandes dosis de fortaleza política, de la que hoy posiblemente carece el Gobierno…
Debería, además, realizarse un considerable esfuerzo didáctico respecto a su contenido y a sus sacrificios, para que los ciudadanos lo acepten sabiendo sin engaños que el camino de superación de la crisis será largo y duro, pero posible.

Comisión Europea

Pública Función (César Gavela, en Las Provincias, 8 de febrero de 2009)

Pública Función (César Gavela, en Las Provincias, 8 de febrero de 2009)

En estos meses son muchas las voces que apuntan al gasto público funcionarial como uno de los capítulos que debe reducirse en tiempos de vacas flacas. Se dice que es insostenible para las arcas públicas mantener tantos empleados, que hay que congelar salarios, etc., que para eso tienen un puesto fijo. César Gavela expone su punto de vista sobre la cuestión, advirtiendo que en toda esta polémica hay argumentos de peso que se olvidan con mucha frivolidad. Reproducimos en extracto el artículo publicado en el diario “Las Provincias” por César Gavela:

"Siempre que azota la crisis económica, siempre que los muy ricos empiezan a ganar menos dinero que antes, aparece un grupo de señores de mando o de muy alta obediencia que arremeten contra los empleados públicos… La función pública está abierta a los ciudadanos. El acceso es libre, las pruebas se basan en la igualdad, el mérito y la capacidad. Ciertamente, todas esas personas que ganan tanto dinero cuando la economía va bien, podrían optar por la función pública"

¿Dos osos en la misma guarida? (Rafael Navarro-Valls, en el suplemento Alfa y Omega, ABC, 16 de abril de 2009)

Considera este autor que en los últimos tiempos se aprecia una ofensiva en contra de las opiniones de representantes de la Iglesia, que sería una manifestación de hostilidad ideológica anti-cristiana, una especie de “macarthysmo religioso”, lo denomina Rafael Navarro-Valls. Frente a ello considera que «conviene reafirmar a las Iglesias en el esfuerzo de redescubrir su misión socioespiritual en un mercado libre de opiniones. Un mercado libre del que el Estado es simplemente custodio, no amo y señor. Desde luego la vitalidad de los ciudadanos produce al Estado quebraderos de cabeza, pero sin ella las sociedades se transmutan en masas sin fisonomía propia. Un desastre para todos, incluido para los que gobiernan.»

Ciudades sin ley (Alejandro Nieto, en Lex Nova: La revista)

¿Cuántas «ciudades sin ley» no conocemos, aunque sea de oídas, porque no tenemos valor para entrar en ellas?
Una vez más Alejandro Nieto, pone el dedo en la llaga, subrayando una gran paradoja del Derecho y la responsabilidad de los poderes públicos ante las ciudades sin ley. Por un lado, las normas penetran en los ámbitos más recónditos, en la intimidad del ser humano. Por otro, se hace la vista gorda ante las ciudades sin ley. De su artículo destacamos lo siguiente:

“En el campo, especifica lo que se puede cultivar y el volumen de las cosechas. Ni se detiene siquiera en el umbral de la intimidad familiar y detalla las relaciones de los hijos con los padres y con los abuelos y hasta se atreve a vigilar el dormitorio conyugal…

En otros casos, en fin, el legislador «no puede» intervenir porque los afectados son más fuertes que él.

Demonios en España (Manuel Mantero, en ABC, 9 de abril de 2009)

Demonios en España (Manuel Mantero, en ABC, 9 de abril de 2009)

Al llegar de Estados Unidos, como cada primavera, Manuel Mantero ha olfateado el azufre. Habla de tres demonios en España, el de la agresividad, el de la corrupción (especialmente se refiere a la del lenguaje) y el de la frivolidad, a cuyas órdenes actúan expertos legionarios infernales.

Y sobre el Demonio de la Corrupción nos advierte:

«El éxito del Demonio de la Corrupción es mareante. Me duele leer noticias sobre la corrupción española en la prensa de otros países, me duele que el Parlamento Europeo tenga que condenar las atrocidades urbanísticas, me duele tanto cohecho, tanto fraude, tanta malversación. ¿El que la hace la paga? Son tantos los imputados, que pronto formarán una Hermandad para desfilar durante la Semana Santa...» 

Cara y cruz del proceso de Bolonia (Ignacio Sotelo, en Tribunal, El País, 16 de abril de 2009)

Ignacio Sotelo examina en términos de oportunidad el llamado proceso de Bolonia, y expone en este sentido (considerando los objetivos de movilidad, flexibilidad, formación durante al menos un semestre en universidades extranjeras, etc.) que tal vez haya que admitirlo como mal menor ante el estado que presenta la Universidad española. De su artículo extraemos lo siguiente:

“He criticado el llamado proceso de Bolonia en sus distintas fases, pero hoy tengo que reconocer que tal vez no haya otro remedio que admitirlo como mal menor. Y no porque los argumentos que aducía en el pasado no me sigan pareciendo válidos, sino porque ante la situación calamitosa en que se encuentra la Universidad, degradarla a mera escuela profesional tal vez sea la única manera de salir del atolladero... Convertir la Universidad en escuela profesional puede ser la única salida al atolladero…

Una buena parte de la crítica al proceso de Bolonia parece bien fundada, pero ¿resulta también oportuna? Me ha empujado a una respuesta negativa el hecho de que los Gobiernos hayan dejado fuera a las universidades, convencidos, como he terminado por estarlo también yo, de que desde dentro y por su propia iniciativa son irreformables... Las universidades en general quieren continuar como están, y lo único que demandan es más dinero...

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