Las tauromaquias como paradigma (Tomas-Ramón Fernández, El Mundo, 9 de marzo de 2009)
El Sr. Chaves, presidente de la Junta de Andalucía, acaba de descubrir, con la inestimable ayuda de la ingrata experiencia sufrida por el ya ex ministro de Justicia Sr. Fernández Bermejo, y no ha tenido reparo en proclamar, lo que sin duda le honra porque no era fácil hacerlo desde su posición institucional, que es un auténtico disparate exigir a los aficionados a la caza que se provean por anticipado de 17 licencias, una por Comunidad Autónoma, si no quieren verse un día frente al dilema de tener que elegir entre rechazar una eventual invitación para disfrutar del hecho cinegético fuera del lugar de su residencia habitual o arrostrar el riesgo de ser sancionado y públicamente vilipendiado por cazar en el territorio de una Autonomía ajena sin la preceptiva licencia de ésta...
No se trata sólo de la licencia de caza del Sr. Fernández Bermejo. Son muchas cosas más. Lo fue hace unos años y lo sigue siendo el urbanismo, que en esta fase de autonomías a ultranza ha dado frutos tan poco ejemplares como el de Seseña. Y el escándalo de la insolidaria disputa por el agua, que no se permite que vaya a quien la necesita, aunque termine perdiéndose en el mar la que sobra. Y la violencia egoísta de la imposición en las escuelas contra viento y marea de las lenguas co-oficiales. Todo siempre en beneficio de los que mandan y de sus amigos, nunca en el del conjunto de la sociedad...
Las tauroautonomías a las que acabo de referirme son ejemplo, compendio y espejo de este desmadre general en el que ha venido a parar lo que con tanta ilusión se inició 30 años atrás...